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PLANOS MADRID

El Plan General de Ordenación del Área Metropolitana redactado en 1961, en aplicación del artículo 37 de la Ley del Suelo, y aprobado finalmente en 1963 trató de adecuarse a la nueva realidad surgida del crecimiento caótico provocado por la especulación, partiendo del reconocimiento de que Madrid, debido al desarrollo industrial y demográfico, excedía ya los límites del municipio recientemente ampliado, extendiendo su influencia a lo que ya comenzaba a ser una gran región industrial.

El decreto del 28 de septiembre de 1964 creó el Área Metropolitana de Madrid, a la que se incorporaron 23 municipios: Madrid, Alcobendas, Alcorcón, Boadilla del Monte, Brunete, Colmenar Viejo, Coslada, Getafe, Leganés, Las Rozas, Majadahonda, Mejorada del Campo, Paracuellos del Jarama, Pinto, Pozuelo de Alarcón, Rivas-Vaciamadrid, San Fernando de Henares, San Sebastián de los Reyes, Torrejón de Ardoz, Velilla de San Antonio, Villanueva de la Cañada, Villanueva del Pardillo y Villaviciosa de Odón. En el Plan se establecieron dos grandes áreas, una de descentralización industrial situada en el sur y este —que se extendía hasta Talavera, Toledo, Aranjuez, Alcalá de Henares y Guadalajara—, y otra residencial y de esparcimiento localizada en el noroeste.

La segregación territorial norte-sur, para ser más exactos habría que decir noroestesureste, adquirió carta de naturaleza legal, reafirmando una realidad de hecho que hundía sus raíces en la segunda mitad del siglo XIX con la aprobación en 1860 del Ensanche de Madrid. La aprobación del Plan General de 1963 marcó un hito en la historia de Madrid. Las transformaciones ocurridas entre esa fecha y 1983, año en el que nació la Comunidad Autónoma de Madrid, con la aprobación de su Estatuto de Autonomía, supusieron una radical alteración del territorio madrileño solo comparable a los efectos del establecimiento de la capitalidad en 1561 por Felipe II. En esos veinte años Madrid se configuró como una región metropolitana articulada en torno a la capital. 

 

En los años del desarrollismo hasta el fin de la dictadura en 1975, coincidente con la larga crisis de los setenta, Madrid incrementó su papel de centro políticoeconómico, merced a la acentuación hasta límites exorbitados del centralismo, santo y seña de la dictadura franquista. En los años sesenta aumentó sustancialmente la actividad del sector servicios, afirmando su posición de centro productor y exportador de servicios, concentrando las funciones administrativas, financieras, de control de la información y de toma de decisiones. El colosal crecimiento registrado por Madrid convirtió a su área metropolitana en uno de los ejes más dinámicos de la economía española, con un acelerado proceso industrializador que la transformó en una de las principales zonas industriales del país, con un marcado protagonismo de la industria más innovadora del momento, descollando los sectores químicofarmacéutico y electrónico, merced a su capacidad de atracción de las inversiones extranjeras, Madrid concentró el 25% de la inversión extranjera total. 

 

 

Fragmento del libro Madrid, sociedad y espacio urbano de Madrid en el siglo XX. Ciclo de conferencias, Ayuntamiento de Madrid. 2010

 

 

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