En el edificio para la multinacional I.B.M. Miguel Fisac logró integrar sus "prefabricados" en un orden compositivo superior. El resultado fue excelente. Las líneas de forjador quedan expuestas en fachada y son las encargadas de acoger a los parasoles de sección en V que ocultan el interior de las oficinas.

 

La experiencia sobre el hormigón, recogida por Fisac a través de numerosas obras, le permitió actuar con la facilidad del maestro, diseñando un edificio único, asociado a la imagen de la marca que lo construyó, sueño dificil de cualquier empresa.

La planta es diáfana, con escasos pilares que no impiden la libre disposición de las oficinas. El núcleo de ascensores y servicios se sitúa en bloque a la pared medianera.

 

Fragmento del libro Madrid Guía de Arquitectura Contemporánea 1920-1980, Ramón Guerra de la Vega. 1981