Fragmentos del libro Artistas españoles contemporaneos, Fernando Higueras. Jose de Castro Arines, 1972

 

La obra de Higueras presentada aquí justifica la necesidad de los Premios Nacionales, aunque su fortuna no haya sido de relumbrón en la ocasión que comentamos. En la obra de Higueras la arquitectura se integra a la tierra en medida igual que lo hace el hombre; se explica en ella, de ella viva, a sus cumplimientos y exigencias se amolda.

 

Es una obra flexible y abierta, inspirada en importantes conquistas de las construcciones populares, concebido como un todo harmónico, plena de vigor, cada pieza en su individualidad, distintas ellas en su ordenación, tanto como semejantes en la fortuna de su acierto constructivo i expresivo. No es posible traer al lector las condiciones técnicas con que estas arquitecturas se explican; son también un acierto y una novedad.

 

El ejercicio de la función encomendada a estas arquitecturas llega a sus puntos extremos de eficacia. Pero sobre tal ejercicio, y aun a la vez sobre la solución que da Higueras a este complejo constructivo examinado en sus virtudes técnicas, priva aquí la gracia de una invención impuesta en el paisaje como algo a él afín, imaginado para ser confundido a las exigencias del paisaje, explicado por la naturaleza del lugar y, a la vez, autónomas estas arquitecturas en el carácter pintoresco que las anima, en el sorprendente contrapunto de esta invención.

 

La obra de este arquitecto joven merecería ser salvada del olvido a que son condenados los proyectos premiados en los Concursos Nacionales. La necesidad de crear una zona residencial de artistas en estos alrededores de Madrid es a ojos vista manifiesta. El proyecto de Higueras, sin restar importancia a los demás ofrecidos aquí a la curiosidad crítica, los supera a todos. Desde hoy, su obra de arquitecto, considerada la aportación presente, entra en el mejor hacer de la arquitectura nacional.